Ten siempre una razón, una razón para vivir, para soñar, para llorar... pero sobre todo
para sonreír. No importa cual sea, ni lo grande o pequeña que sea. Solo tiene que impulsarte a lograr lo que quieres, a levantarte cada mañana, a cruzar ese camino, a saltar al vació o a enfrentarse al olvido.
Siempre te acompañará ese motivo por el cual sigues adelante, incluso cuando estes decayendo.Lo recordarás y te levantarás,porque es más que un simple motivo, es mucho más...Es la razón por la cual,cada vez,sentirás la necesidad de levantarte cuando caes.
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