viernes, 23 de septiembre de 2011


Un día normal, nada fuera de lo común. Mi música, el cielo  y la calle.

Pasando por edificios conocidos, los de siempre. Las mismas personas, los mismos andares. Nada ha cambiado.
Parece que alguien haya querido rebobinar esta cinta, una y otra vez, cada día.

Parece que estemos andando en círculos y que no haya manera de salir de aquí. 

Recuerdo ver a aquel hombre paseando a su perro, con su camisa de los lunes, con su periódico en mano, directo hacia casa, como siempre.
Como cada mañana dirigiéndome a la esquina, esa misma mujer morena de baja estatura ojos claros  y sonrisa deslumbrante abre su tienda y entra con suma puntualidad.
Justo en la acera de en frente,  los mismos niños esperan el autobús del colegio, siempre con ese rostro pálido y cansado.

¿Y eso es todo?, Me pregunto si realmente se esconde algo detrás de todo esto. De cada día sin final, de sentir que esto no es más que una canción que se repite.
Que cada día se parezca más al interior y esperas ansioso algo que le de un giro a tu vida.


¿Llegará?

1 comentario:

Aquello no era lógico, era amor.

Aquello no era lógico, era amor.