Lo haremos a mi manera, poco a poco, dibujando tu cadera. Mirándote esa carita de niña buena que tanto me gusta, esa sonrisa
perfecta que cada día me enamora. Tranquila, lo haremos a mi manera, suéltate el pelo, deja que lo acaricie
como si fuera de seda, que me pierda en su olor como en un mar de rosas. Besar
tu cuello despacio, y notar como tu respiración se vuelve fuerte, y cada vez más fuerte. Entonces cogerte fuertemente la
mano, más fuerte incluso. Y en ese
preciso momento chocaría mis labios con los tuyos
como si fuera un accidente deseado, como si fuera mi única pasión. ¿Y después?… Después te miraría a
los ojos para que vieras el brillo que creas en mi, ese brillo que aparece al
verte. No quiero parpadear, no quiero perderme un solo instante de tu
belleza.
No es cuestión de
tiempo, no importa la hora, ni el minuto, ni el segundo exacto, como tampoco
importa el lugar, nada importa cuando me pierdo en ti. Escúchame, no tengas miedo, no puedo prometerte
que todo salga bien, pero si un millón de
sonrisas, de besos, de caricias, un millón de
sensaciones. Lo haremos a mi manera, nos
perderemos entre las sábanas.
Mi mayor deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario