Cada rincón es una excusa
para recordarte, cada lágrima una razón para olvidarte. Que curioso pensarte,
sentirte, extrañarte, que curioso por alguien que no supo valorarte. Dicen que
el tiempo todo lo cura, que a mi lado siempre estará pura. La luna, aquella que
sin miedo me ayuda.
Ella sana mis heridas,
ella limpia mis lágrimas perdidas. No te necesito, ni a ti, ni a tus besos
infinitos. Como tampoco necesito tus caricias o tus miradas cristalinas. Seguir
adelante, pasar página contigo, tirar el libro al olvido.
Que todo te vaya bien,
que aprendas a soñar, a amar, y quizá por qué no a valorar.
Bonitas piernas
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