domingo, 30 de junio de 2013

Escasez de gente auténtica. Epidemia de gente idéntica.




Que si, que vale, que en esta vida todos vamos de seres increíbles, únicos e irrepetibles. Pero ninguno se ha parado a ver la puta realidad.
Somos copias, una detrás de otra, y quién más diferente se crea, más igual acaba siendo.
Egocentrismo, muchos se creen el ombligo del mundo, pero ninguno de ellos se conoce de verdad.
La verdad duele, y esto funciona así. La vida es una constante pelea por parecer más que alguien,  por estar por encima, por ser valorado.
Cuando realmente olvidamos lo más importante, valorarnos a nosotros mismos. Sin importar si somos únicos o diferentes. Simplemente valorarnos, querernos, tal y como somos. ¿Y qué más da los demás?
     Llega un momento en el que te cansas de ver lo mismo una y otra vez, de siempre las mismas historias, las mismas peleas, todo igual. Tu vida parece convertirse en un película que no para de repetirse. No hay salida.

Vamos a pensar por un segundo, ¿quiénes somos?, ¿qué queremos? O mejor dicho, ¿qué merecemos?
La vida es muy puta de por si, no vayamos a complicarla más. Si quieres algo, ve a por ello. Y si algo te hace daño, sácalo de tu vida. Quédate con lo bueno, con aquello que te hace sonreír. Y olvídate de todo lo que quiere verte sufrir. 


Sonríe, tú vales más que ellos.




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Aquello no era lógico, era amor.

Aquello no era lógico, era amor.