miércoles, 19 de junio de 2013

Dulce dolor.



Quizá si lo viéramos desde otra perspectiva dolería menos. Si un día pudimos vivir sin ello, ahora lo podremos hacer. Como aquél que perdió un beso, pero ganó mil abrazos. O aquél que perdió un partido, pero ganó experiencia. Para ganar algo, también hay que perder. Para sanar, hay que doler.
No te voy a mentir, dolerá, y quizá no puedas soportarlo. Pero solo tú puedes endulzar el dolor, y mirarlo desde un punto de vista distinto, y quizá alegre.

Creo que aquél que dijo que el tiempo curaba todo, se equivocaba. El tiempo no es más que tiempo, y no deja de pasar. Y tú sigues ahí, y si no haces nada para curarte, jamás lo conseguirás, y no importa el tiempo que pase.
Tienes que ser tu propio tiempo, ganarle la batalla al dolor y pensar de otra manera.

Y si sangra, curará. Y si duele, cicatrizará.

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Aquello no era lógico, era amor.

Aquello no era lógico, era amor.