sábado, 6 de julio de 2013

Las cosas claras.



Conforme van pasando los años, los pequeños detalles te hacen ver grandes cosas que no veías.
Y te das cuenta de que la persona que más cree que vale la pena, acaba siendo quién no vale una mierda. Que uno más uno no son siete, y que es pegarle a una piedra y aparecen mil iguales. Te das cuenta de que la gente cambia, y que ya nada volverá a ser como antes.  Que no siempre te va a tocar el mejor asiento en el cine, ni te gustará el final de la película. Porque también existen los finales tristes, y no  aquél “vivieron felices y comieron perdices”.
   Somos tan estúpidos que quien nos gusta no nos hace ni caso, y quien no nos gusta no nos deja en paz. ¿Y quien sabe?, quizá nos estemos perdiendo una gran persona.
  Que cuando hace frío queremos calor, y cuando hace calor queremos frío. Siempre quejándonos de todo cuanto nos rodea. Nos pasamos el día pidiendo algo inalcanzable sin ser capaces de cuidar lo que ya tenemos.  Que acabamos haciendo lo que odiamos que nos hagan, y que no siempre todo es maravilloso. Que no siempre va a ser tu mejor día, pero jamás pierdas tu sonrisa. Hay malas rachas, malos días, meses, incluso años. El tiempo pasa, y a nadie espera.

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Aquello no era lógico, era amor.

Aquello no era lógico, era amor.