La inspiración va y viene, es como una
ráfaga de aire, te roza por unos segundos y se va, y vuelve rozándote una
milésima de segundo. Vuelve, necesito más que un simple roce, más
que una simple chispa, más que un ápice de locura. Llega a mi vida, enséñame, dame ganas, dame
fuerza.
Todo era más fácil cuando estabas en mi
vida, cuando solo necesitaba un papel y un boli, y nada más. Inspiración, no
tardes en volver, mis palabras te extrañan, quizá demasiado. Me haces ser yo,
haces que mis frases tengan sentido, sin ti, solo son letras confundidas en un
mar de dudas.
Un mar que no cesa de revolverse, una y otra
vez, intentando calmarse, pero no puede. Las olas descargan su rabia contra las
rocas, están frustradas, tristes, decepcionadas. Se acerca una tormenta, e
inspiración se desvanece. Cae la lluvia como si jamás el mar hubiera sentido
una gota en su profundidad. ¿Dónde te escondes inspiración?, la tormenta no
dura para siempre, vuelve a mi vera. Te necesito cerca.
Más cerca que nunca, pero esta vez no te
vayas. No quiero perderte una vez más. Sé que podría aguantarlo, al fin y al
cabo, la tormenta nunca desaparece del todo. Pero no quiero comprobarlo, te
quiero a mi lado, inspiración. Eras dueña de mis noches, de mis madrugadas, de
mis palabras…Cogeré todas y cada una de las estrellas del cielo, para poder
escribirte tan solo una palabra, solo una, suficiente para hacerte sentir todo
lo que quiero que sientas. Subirme a la escalera más alta del mundo, y coger la
primera estrella, y bajarla. Entonces respirar, cerrar los ojos y volver a
subir al cielo. Ya con todas las estrellas en mi mano, cerrarla muy fuerte y
soplar.
Vuelve.
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