domingo, 20 de enero de 2013

Little things.


Nunca se sabe si algún día te subirás de pie en un coche y chillarás a la chica que te  que te vuelve loca lo mucho que la quieres. Si te plantarás con un par de huevos en su casa con un megáfono, le darás los buenos días, y le pedirás que salga contigo. Si correrás tras un autobús con ella dentro intentando alcanzarlo, corriendo lo más rápido posible para que ella te vea y baje.
 Meterte en una caja gigante delante de su casa, llamar a la puerta y dejarle una nota: “Como tú eres mi mejor regalo, déjame ser el tuyo”. O quizá vendarle los ojos, y tan solo llevarla a su lugar favorito. Ser capaz de parar un jodido avión en marcha para que no se vaya , o subirte a la puta montaña más alta y gritar su nombre. ¿Y por qué no?, bajarle la Luna con todas y cada una de las estrellas. Cruzar el océano nadando por ella, y que incluso te quede aire para darle el mejor beso de su vida. 


Quien la sigue, la consigue.

viernes, 18 de enero de 2013

Limites.


Es curioso que las ganas de estar con alguien sean tan fuertes como para llegar a imaginar un accidente junto a ella. Bueno, realmente no a su lado. Fue extraño, mi mente se ha vuelto loca. Esto roza el límite de la crueldad y me asusto de mi misma.
Estaba en la estación dispuesta a coger el último tren hacia Barcelona, estaba entusiasmada por ese viaje desde hace tiempo. Mis amigos habían venido a despedirse de mi , llevaban una pancarta  y todo,  siempre tan detallistas: “¡Qué pases un buen viaje, te echaremos de menos!”.

Ni si quiera sabía que ella estaba ahí, en la otra punta de la estación. Todo marchaba bien, todo era normal. Bueno depende del concepto que tengamos por normal, pero para mi lo era. Una noche como otra cualquiera.  De pronto una ráfaga de viento hizo que sintiera que algo malo iba a suceder. No le di importancia, quizá solo era una tontería. Entre abrazos y lloros se hizo la hora de salida. Cogí mi maleta cuando  empecé a notar un fuerte dolor en el pecho, como un pinchazo, como si me clavaran miles de cuchillos de golpe. Solté la maleta y me estremecí del dolor. Mis amigos rápidamente me ayudaron intentando que no me desmayara. No podía articular palabra y el dolor era cada vez más intenso. Escuché como uno de ellos llamaba a la ambulancia, y como al otro lado de la estación una chica gritaba de dolor. Era ella.

Es absurdo imaginar una historia así, casi tan absurdo como la realidad. Solo quedará soñar con ella, imaginarme a su lado, y la fría noche. ¿Cómo pude llegar a sentir su mismo dolor?. Cuanto más sentía ella, más sentía yo. Está dentro de mi, soy suya, mi dolor es suyo, pero ella… Ella no es mía.





Si pensaste que existía un límite, te equivocabas.

sábado, 12 de enero de 2013

Ignorance.


Me da igual si anochece, si mañana llueve o no, como si nieva. No me importa el día que sea y mucho menos la hora, como tampoco me importa la inmensidad del vacío y el paso del tiempo. Si me levanto con el píe izquierdo, con el derecho, o con los dos, si ya no puedo caer más bajo. Si el llorar es igual que pensar, el saber que se acababa y que solo el soñar quedaba. Nada importa.
 Ni siquiera tu pelo, tu mirada, tu sonrisa, esa boca, tu puta carita, ni ese jodido olor que me vuelve loca. Nada. Tampoco el sonido del recuerdo, de cada instante. Ya ni el sentir importa cuando el significado no es el mismo para el Sol y la Luna, ni esperar una señal, algo que me haga continuar.


lunes, 7 de enero de 2013

Es como tú y yo.


Es como mear contra viento, como escupirse a uno mismo, como pegarse, como tropezarse con nuestros pies, como morderse. Como el aire un día de playa, como el número 13,  como un día de clase, como un examen, como un chiste sin gracia.
Tan jodido como el tercer seis en el parchís, como un “adiós”, o un "jamás", como aquél amigo que te fallo.
Tan  triste como un beso rechazado, como un "no te quiero", como un recuerdo en el que no estás, como tú lejos, como yo queriéndote cerca. Tan estúpido como un "ni contigo ni sin ti", como encenderse el cigarro al revés. Tan ridículo como querer estornudar y no poder, como vomitar, como quemarse, como caerse. Tan doloroso como desmayarse , como perder a un amigo, o a tu pareja. Tan importante como el levantar cuando caes, como saber perdonar, pero no olvidar, como dar las gracias, como avanzar. Tan sentido como aquel primer cruce de miradas, como la primera caricia, el primer beso, y la primera vez. Tan esencial como tu mirada, como tu sonrisa, como tú en mi cama. 

Tan eterno como un abrazo, como beso, como estas palabras.



Aquello no era lógico, era amor.

Aquello no era lógico, era amor.