domingo, 20 de enero de 2013

Little things.


Nunca se sabe si algún día te subirás de pie en un coche y chillarás a la chica que te  que te vuelve loca lo mucho que la quieres. Si te plantarás con un par de huevos en su casa con un megáfono, le darás los buenos días, y le pedirás que salga contigo. Si correrás tras un autobús con ella dentro intentando alcanzarlo, corriendo lo más rápido posible para que ella te vea y baje.
 Meterte en una caja gigante delante de su casa, llamar a la puerta y dejarle una nota: “Como tú eres mi mejor regalo, déjame ser el tuyo”. O quizá vendarle los ojos, y tan solo llevarla a su lugar favorito. Ser capaz de parar un jodido avión en marcha para que no se vaya , o subirte a la puta montaña más alta y gritar su nombre. ¿Y por qué no?, bajarle la Luna con todas y cada una de las estrellas. Cruzar el océano nadando por ella, y que incluso te quede aire para darle el mejor beso de su vida. 


Quien la sigue, la consigue.

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Aquello no era lógico, era amor.

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