Perder la cabeza por una mirada sentida, por una boca y
unos besos que te dan vida. Por esos ojos femeninos, esos párpados alargados
como aspas de un molino. La suavidad de sus caricias de seda, a sus manos
me recuerda. Perder la cabeza por su olor a cereza que a su paso deja
sin temor. Su larga melena ondulada que con el viento bailaba.
Mi mayor locura es perderme en su cintura, sentir
que su locura me cuida, que a su lado no hay amor que se mida. No sabéis de
melodías si jamás habéis escuchado su risa, ni de cantares ni de sonrisas. Vulnerable
a su vera, ojalá me oyera. Ojalá que recuerde y que no olvide. Sacar fuerzas de
flaqueza, y olvidar la tristeza.
Es tan fácil perder la cabeza.
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