Todo
sería tan sencillo como quitarle un caramelo a un niño, o como sacarle la mejor
de las sonrisas al devolvérselo. Como
espiar cada milímetro de tu piel, y observarlo como si jamás lo pudiera volver
a hacer. Temblar solo con rozar su mano, solo con notar que está a tu lado.
Rápido, no pienses, solo actúa.
Siempre
habrá alguien que será tu debilidad, y que te
llevará a la deriva, a la dulce e irresistible locura. Entonces
pensarás que todo es debido al tiempo, y que volverás a sentir. Volverás a
notar ese pequeño cosquilleo por todo tu cuerpo, y esos nervios, y ese yo que
sé que jamás entenderás. Ese no saber que decir, y ese decir todo a la vez. Ese
morirte de ganas.
Somos
lo que sentimos, lo que pensamos, lo que soñamos, somos todo aquello que
imaginamos. Soy
una niña, y tú… tú eres mi caramelo, la mejor de mis sonrisas.
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