La verdad es que no sé
porque escribo este texto, ni tampoco porque lo escribo con la letra más grande
a la habitual. Tampoco entiendo porque estoy escuchando justamente la canción
que estoy escuchando, ni porque tengo la música tan alta que apenas oigo lo que
ocurre a mí alrededor. No entiendo muy bien que pasa por mi cabeza, tal vez sea
un cúmulo de cosas, de pensamientos, tal vez esté tan descentrada que ni he
mencionado el nombre de la canción, que en realidad llevo escuchando más de
media hora y apenas me he dado cuenta. Tan descentrada que no he sido capaz de
ver que anochecía, que las horas pasaban mientras yo me sentía parada,
bloqueada ante tantas preguntas. Tan distraída que no he sentido el frío que
entraba por la ventana, y me ponía la piel de gallina. Alejada de los sueños y
desconcertada, incluso se podría decir que estoy en las nubes, tan alta, tan
distante…
Ya ha anochecido por
completo, el azul oscuro viste el cielo, lo disfraza de frialdad.
Los pensamientos y las
preguntas no salen de mi cabeza, pero me siento mejor, quizá desahogada, quizá
es lo que necesitaba.
Tal vez mi distracción se
ha alejado un poco para dejarme respirar, para hacerme sentir un poco mejor,
menos triste. Tal vez quiera que sepa que si escribo con la letra más grande es
porque siento que así lo veré todo más claro, que si escucho It’s my Life de
Bon Jovi es porque me anima y me da fuerzas, y si la escucho tan alta es porque
me ayuda a evadirme. Que si no he sido capaz de ver que anochecía es porque el
tiempo se detuvo en aquél momento y ya no importa si es de día o de noche, que
si no he sentido el frío al entrar por mi ventana, es porque no le he dado
importancia a si hacía aire o no, simplemente me gusta tenerla abierta.
Tal vez mi distracción se
aleje de vez en cuando, tal vez de esta manera pueda fijarme en estos pequeños
detalles y poner los pies en el suelo.